Escuchar la palabra de Dios: Asimilar, entender y vivir la Biblia.

Hace ya unos días, en el estudio pasado sobre la santidad, les comentaba que una buena forma de enrutarnos por el camino de la santidad es teniendo muy presente las disciplinas espirituales en nuestro diario vivir. Hablamos de para qué sirven y cuáles eran una de ellas. Hoy comenzaremos a entrar en detalle en cada una de estas disciplinas y a retarnos a vivir cada una de ellas.

Las disciplinas espirituales nos motivan a transformarnos por y para Dios, así que si enfocamos estas disciplinas para vernos más cristianos y santos pero no son aplicadas para acercarnos más a Dios en santidad y si no son llevadas a nuestro corazón no nos sirven de nada. Habiendo dicho esto, empecemos con nuestra primera disciplina: La asimilación de la palabra de Dios.

Yo sé que probablemente han escuchado varias veces que si no lees la palabra de Dios constantemente no tiene una vida espiritual sana y voy a tratar de ser muy clara en cuánto al por qué está afirmación es totalmente cierta y debes correr a hacer cambios en tu vida. La palabra de Dios, o sea la Biblia, es el alimento del cristiano y si no nos alimentamos diariamente de esta, pues nos vamos a desnutrir y empezar a alimentarnos de otras cosas poco beneficiosas para nuestra vida. Y las razones de esta desnutrición deberían ser obvias. En la Biblia Dios no habla de sí mismo, de Jesús, de la ley y cómo todos la hemos desobedecido, de cómo nuestros pecados nos alejan de Dios y cuánto debemos arrepentirnos y buscarlo para perdón de pecados. En la Biblia, aprendemos la voluntad de Dios, aprendemos la manera que Él quiere que vivamos, aprendemos lo que le alegra y lo que no. Entonces la Biblia es como un manual para aprender a vivir día a día la vida cristiana y si no lo leemos nos perderemos fácilmente ya que esta otra información no la encontraremos en ninguna otra parte. Si queremos conocer a Dios, debemos conocer íntimamente la palabra de Dios.

Aunque sirvamos en una iglesia y tengamos mil actividades en ella, no hay una actividad más transformadora que asimilar disciplinadamente la palabra de Dios, y asimilar la palabra de Dios no es sólo leerla, es entenderla y vivirla y esta disciplina tiene muchas subcategorias, hablemos de ellas.

1. Escuchar la palabra de Dios: Es bastante fácil porque si asistes regularmente a una iglesia, ya tienes por hecho a esta disciplina en tu vida ya que significa desarrollar la costumbre de asistir FIELMENTE a una iglesia que cree en la Biblia y la predica FIELMENTE.

Romanos 10:17 "así que la fe viene por el oír, y el oír por la palabra de Dios" El hecho de haber creído significa que hay una transformación que vendrá con muchas más ayudas si escucho la palabra de Dios y estoy cerca de personas que comparten mi misma fe.

Pero, también podemos disciplinarnos diariamente a escuchar grabaciones de predicadores y pastores que están lejos y tienen estudios hermosos sobre la palabra de Dios y que sin duda nos harán crecer y anhelar más la presencia del Señor en nuestras vidas mientras arreglamos casa, vamos al lugar donde trabajamos o estudiamos, caminamos o hacemos ejercicio, así que es una buena estrategia para apropiarnos de esta disciplina.

1 Timoteo 4:13 "Hasta que yo llegue, dedícate a leer las Escrituras a la Iglesia, y a animar y a enseñares a los creyentes" Este versículo es clave para entender que SÍ debemos asistir a una iglesia a escuchar, aprender y enseñar la Biblia porque era el deseo de Dios que inspiró a Pablo para que se lo dijera a su amigo Timoteo.